Hoy es un día bastante especial, un día en el que ser joven se siente más emocionante: ¡es el Día Internacional de la Juventud!
Este es un día para reconocer el increíble potencial de los jóvenes en todo el mundo. Sin embargo, también es día para reflexionar en los desafíos que experimentamos en la juventud, así como las maneras proactivas en las que podemos lidiar con esas situaciones. Ser joven también significa atravesar una de las etapas más complejas de la vida, con un sinfín de altibajos y nuevas experiencias. Por eso, el Día Internacional de la Juventud destaca la importancia de abordar los desafíos que conlleva ser adolescente y navegar por los veintitantos. Y es que, seamos honestos, ser adolescentes es una de las etapas más bonitas —pero caóticas—de nuestra vida. Experimentamos tantísimo cambio durante estos años, que llegamos a los 20 sintiéndonos personas diferentes. Los intereses tan preciados que teníamos a los 14 a menudo cambian significativamente, muchos de nuestros amigos cercanos se convierten en conocidos, y la presión de mostrar perfección en las redes sociales es cada vez mayor.
Como ya te imaginas, —y probablemente hayas experimentado—, estos son solo algunos de los obstáculos que enfrentamos al ser jóvenes. Durante esta etapa, muchos otros desafíos serios pueden surgir. Por ejemplo, las luchas con la salud mental, como la ansiedad y la depresión, son muy comunes. A menudo, estas luchas se ven agravadas por la presión académica y las expectativas sociales o familiares. Entre todos estos desafíos, sin embargo, hay uno que quiero destacar por su impacto en muchas otras áreas de nuestras vidas: la autoaceptación.
Soy consciente de que esta es una lucha que no desaparece mágicamente después de la adolescencia, sino que es algo con lo que lidiamos toda la vida. Es precisamente por eso que me parece importante abordar algunas formas en las que podemos lidiar con esta situación tan común en la juventud. Y es que bueno, como si la autoaceptación no fuera ya complicada, el auge de las redes sociales la ha hecho aún más difícil.
El sinnúmero de plataformas que tenemos hoy en día nos ha hecho caer en una trampa de comparación constante. Estamos acostumbrados a ver versiones perfectas de las vidas de los demás, lo que hace incluso más difícil el aceptarnos con todas nuestras virtudes y “defectos”. Debido a esto, es fácil sentir que no estamos a la altura, y que todo mundo está mejor que nosotros en cualquier área.
Te estarás preguntando entonces, ¿qué puedo hacer al respecto? Permíteme compartirte algunas de las practicas que me han funcionado a mí.
Primero, es crucial recordar que las redes sociales ofrecen una versión editada de la vida de las personas, no una representación completa de la realidad. Todos tenemos nuestras luchas e imperfecciones, pero poca gente las muestra en línea. ¿Quién querría publicar una foto llorando cuando estudia? Nadie. Pero los éxitos académicos sí se publican. Y está bien, no estamos obligados a mostrarnos vulnerables en redes, pero sí a reconocer que los demás tampoco están siendo completamente sinceros.
Ahora bien, un consejo útil que me ha funcionado mucho es intentar reemplazar el hábito de revisar las redes sociales por uno más beneficioso para mi salud mental. No podemos simplemente eliminar un hábito, pero sí sustituirlo (te recomiendo leer el libro “Hábitos Atómicos”, ¡es buenísimo!). Entonces, en vez de pasar horas viendo reels en Instagram, puedes intentar hacer otras actividades que te hagan sentir bien contigo mismo y que refuercen tu autoestima desde adentro. A mí lo que me funciona es escuchar canciones relajantes mientras escribo, o ir a andar en bicicleta. ¿Cuáles actividades te hacen sentir bien contigo? ¡Haz más de eso!
En segundo lugar, practica la autocompasión. Por más cliché que parezca, reconocer que está bien tener defectos y cometer errores ayuda mucho. En lugar de pensar “¿por qué no tengo esa habilidad?” intenta reformularlo como “¿cómo puedo mejorar mis propias habilidades para alcanzar algo parecido?”. ¡Esto es cambiar sentimientos de envidia por admiración e impulso! Y se siente muy bien tener ese enfoque positivo.
Finalmente, recuerda que la autoaceptación es un viaje, no un destino. Como mencioné antes, las luchas con la autoaceptación pueden persistir incluso en la adultez, y se necesita tiempo y esfuerzo para construir una autoimagen positiva. Pero ¡sé paciente contigo mismo! Tu valor no lo determinan los “me gusta”, los seguidores, tu currículum o la validación externa—lo define quién eres y cómo te ves a ti mismo.
Mientras celebramos (y reflexionamos sobre) el Día Internacional de la Juventud, no solo reconozcamos nuestro enorme potencial como jóvenes, sino también comprometámonos a apoyarnos mutuamente para superar los desafíos que enfrentamos. ¡Nunca tengas miedo de pedir ayuda y no dudes en ofrecer ayuda a los demás!
Eres increíble, y no estás más adelantado ni atrasado que nadie más. Esta es tu propia carrera. ¡Feliz Día Internacional de la Juventud! —¡te mereces todo lo bueno de la vida!